TORE: KATERINA, CAPÍTULO 6

 


Para el siguiente partido, Defer jugaba de local. Freitas utilizaba la misma estrategia, tener a Tore en el banco de los suplentes y tenerlo como arma para ganar en el segundo tiempo. Por primera vez, el club le dio dos tickets a Tore para invitar a quien quisiera. Llamó a Marco y le dijo que viniera con quien quisiera.

          El estadio estaba lleno. Había mucha expectativa por ver a la nueva estrella de Defer. La prensa lo buscó toda la semana. Si bien se destacaba por lo hecho en cancha, no era atractivo para declarar. Lejos estaba en él ser parte del espectáculo periodístico. Durante el primer tiempo no pasaba mucho. El Lube F.C venía a no perder. Tore miraba hacia el sector de la tribuna en donde se ubicaría Marco. Después de mirar por un rato, logró ubicar a su amigo. Para su sorpresa, también estaba Katerina. Sonreía, pero comenzaba a estar ansioso. Quería entrar cuánto antes. Freitas no hizo nada distinto. Ante el 0 a 0 parcial, a los 10 minutos del complemento usó a Tore como su primer cambio. El joven con la camiseta 45 entró a toda velocidad y pidió la pelota en el acto. Tiró un caño a su primer marcador y eludió a dos jugadores antes de recibir una falta cerca del área. Pidió patear el tiro libre. Se acercó uno de sus compañeros y él, tapándose la boca, le dijo “déjamelo a mí, voy a patear al arco”. Quedó sólo frente a la pelota y a la barrera. Miró la ubicación del arquero y luego fijó la vista solamente en la pelota. Escuchó el silbato, tomó carrera y disparó un cañonazo que fue cruzado, recto y se coló en ángulo superior izquierdo del arquero. Salió corriendo a festejar a la tribuna donde estaban Marco y Katerina.

          El ritmo del partido seguiría igual. El Lube F.C. intentando empatar con muy poco y el Defer parado para contragolpear apostando a la potencia y velocidad de Tore. Faltando 2 minutos, Defer disponía de un tiro de esquina. Tore miró al ejecutante y le hizo una indicación con su cabeza. Llegó el centro que iba al borde del área chica. Tore se disponía a saltar y cabecear, pero el marcador central lo hizo al mismo tiempo y le tiró un codazo en la cabeza que lo descolocó y chocó contra el poste del arco. Cayó tendido en el piso y permaneció ahí. Fue sacado en camilla y llevado en ambulancia de inmediato al hospital. Marco y Katerina dejaron su ubicación y lo siguieron.

          Al llegar al hospital, preguntaron por él. Los tranquilizaron diciendo que solamente había tenido un fuerte golpe en la cabeza y que iba a permanecer hasta el día siguiente en observación. Había muchos periodistas en la entrada. A la hora, llegó Freitas a visitarlo. Tore, rodeado de Marco y Katerina, le sonrió y le preguntó cómo había terminado el partido. “No te preocupes por eso, ahora, le respondió.

-        Mister, dígame cómo terminamos. Yo estoy bien.

-        Terminamos igual que cuando dejaste la cancha. Lo importante ahora es que te recuperes. Por lo pronto, esta semana tomate un descanso.

-        No, mister. No puedo.

-        Harás lo que el doctor te ordene. Hasta que no diga que estás apto, no vendrás. ¿Está claro?

-        Ahora debes recuperarte, Tore, intervino Katerina. El mister tiene razón”.

Tore no dijo nada más, solo asintió y prometió cuidarse. Marco acompañó a Freitas hasta la puerta del hospital, mientras que Katerina permanecía junto a la cama de Tore.

Continuará...

El Puma

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