TORE: ARGENTINA, CAPÍTULO 5



Las instalaciones de Defer estaban desiertas. La copa recientemente obtenida, lucía en la vidriera. Sorprendió la visita de cinco personas que entraron a la sede. Pidieron hablar con la dirigencia local. Uno de ellos tomó la palabra. “Buenos días, mi nombre es Fernando Díaz, soy dirigente de River Plate de la Argentina, comenzó. Venimos porque tenemos una oferta concreta para comprar el pase de Tore Halversen.

-        Lo siento, respondió el presidente, pero no está a la venta.

-        Supuse que diría eso. Disculpe, ¿cuál es su nombre?

-        Víctor.

-        Víctor, muy bien. Mire, Víctor, le estoy ofreciendo un negocio en conjunto. Pagamos una parte del pase, ustedes se quedan con otra parte y, en caso de venta, tendrán resarcimiento.

-        ¿De cuánto estamos hablando?

-        3 millones de dólares por el 60 por ciento del pase”.

Los locales se miraron con cara de asombro. Cuchichearon entre ellos y finalmente les dijeron que debían hablar con la familia. “Está bien, asintió Fernando, estamos en el hotel Hokana Queen. Concierten una reunión con la familia para mañana”.

     Los dirigentes de Defer volvieron a mirarse entre ellos y se frotaban las manos. Llamaron a Tore y le pidieron que se presente al día siguiente en la sede con sus padres.

     Al día siguiente, al mediodía, se volvieron a juntar. Tore llegó junto a sus padres, Andre y Edna. A ellos los pusieron al tanto de la situación. El rostro de Tore se iluminó. Andre se mostraba excéptico. Quería que su hijo terminara la escuela secundaria. “Por eso no se preocupe, se adelantó Fernando, el club tiene una escuela, puede estudiar ahí, entrenar y jugar. Es bueno que esté muchas horas en el club”. Andre quedó en silencio. Miraba a su esposa y a Tore que con su expresión estaba suplicando que lo dejara ir. Tomó aire, cerró los ojos y después de unos segundos asintió. Firmaron el contrato y brindaron. Tore corrió a Jacho Town para comunicarle la noticia a Marco. Ambos se abrazaron y salieron a celebrar. En los días siguientes, Tore se dedicó a preparar su equipaje. Llevó lo fundamental, algunos posters y adornos que tenía en su habitación. Cuando llegó a su mesa de luz, la abrió y encontró la caja que Katerina le había dejado. La miró por un rato y la puso en su valija.

Continuará...

El Puma

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