EL ORGULLO NACIONAL DESTROZADO
“Será siempre Independiente, el orgullo nacional”, se entonó históricamente en Avellaneda y todas las canchas del país y de América en las que se presentaron los “Diablos Rojos”. Vicente De La Mata, Arsenio Erico (máximo goleador de la historia del fútbol argentino, con 293 tantos), Luis Artime, Ricardo Bochini, Ricardo Daniel Bertoni, Jorge Burruchaga, y tantos otros grandes del fútbol argentino vistieron orgullosos la camiseta del conjunto que se codeaba con River Plate y Boca Juniors en el podio nacional.
Conocido también como el “Rey de Copas”, por ser el club que más veces obtuvo la Copa Libertadores al día de hoy. Tiene 7 títulos continentales, habiendo sido coronado por última vez en 1984. Este año, Boca tiene la posibilidad de alcanzarlo, en caso de obtenerla, pero esa historia aún no está escrita. Dos veces campeón mundial venciendo en 1973 a la Juventus de Italia, en Roma, con gol de Bochini, y en 1984 derrotando por el mismo marcador al Liverpool inglés, con un tanto de José Luis Percudani.
Equipos memorables, si los hay, siempre se distinguieron por su buen fútbol y el “paladar negro” de sus hinchas. Con el comienzo del siglo XXI, todos esos éxitos y toda esa gloria se fueron quedando muy atrás, demasiado. Un título local, en 2002, dos Copas Sudamericanas, en 2010 y 2017 y una Copa Suruga Bank en 2018, en dos décadas es muy poco para tamaña institución. Y a eso hay que sumarle la temporada 2013-2014, que jugó en la segunda división del fútbol argentino. En la actualidad, el panorama aparece muy sombrío. Deudas astronómicas, un plantel devaluado y los referentes peleados con la dirigencia (que claramente no da la talla), son algunos de los problemas que atraviesa Independiente. En 30 años se pasó de un presidente como Pedro Iso para llegar a Hugo Moyano.
“Los grandes no descienden”, rezaba una bandera en la tribuna roja. Evidentemente, la realidad marca que todos los grandes, excepto Boca, han descendido. También está claro que el grande puede caer y levantarse más fuerte. Independiente no puede permitirse más faltas de respeto a su rica historia y debe, en honor al fútbol, recuperar ese orgullo nacional, que hoy está destrozado.
El Puma
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