EL TIEMPO CURÓ LAS HERIDAS DE BOCA CONTRA TIGRE
Boca Juniors venció a Tigre por 3 a 0, en el estadio Mario Kempes de Córdoba, obteniendo la Copa de la Liga, la segunda para el historial del conjunto "xeneize". En un partido que empezó con dos equipos timoratos que parecían desear que los minutos pasaran, el equipo de la Ribera golpeó primero sobre el cierre del primer tiempo con un cabezazo de Marcos Rojo, en complicidad con el arquero Gonzalo Marinelli, a quien se le escurrió la pelota de entre sus manos. En el segundo tiempo, con un Tigre que salió a buscar el empate con más entusiasmo que ideas concretas, sin llegar a lastimar a su adversario, Boca se vio más tranquilo y con una estrategia más definida. Los minutos se clavaban como agujas y se convertían en aliado boquense. Así fue como empezó a tener mayores espacios para tener la pelota, avanzar, contragolpear y hasta intentar con un remate desde larga distancia. Eso mismo hizo Frank Fabra en una de sus proyecciones. Con mucho tiempo para levantar la cabeza, pensar, tirar y clavarla en el ángulo superior derecho de Marinelli, el lateral colombiano marcó un golazo. A partir de ahí, podría decirse que el partido se terminó. Los de Victoria no supieron como, en parte por sus flaquezas y en parte por las virtudes de un equipo que cuenta con mucha jerarquía individual. El tercer tanto fue la frutilla del postre y merecido para un proyecto interesante de delantero como Luis Vázquez. El juvenil, si es bien aprovechado y llevado, puede convertirse en una carta goleadora muy importante para Boca. Por lo pronto, en la actualidad hace lo que se le pide, que no es poco, pero el entrerriano está lejos aún de tocar su techo.
El club "xeneize" suma una nueva estrella, la segunda de cuatro ediciones de este certamen. Sin duda, la Copa de la Liga le sienta bien. Ha ido de menor a mayor, con algunas dudas durante la fase de grupos, pero levantando mucho el rendimiento a partir de los cuartos de final. Allí derrotó con mucha autoridad a Defensa y Justicia por 2 a 0. Las dudas regresaron en la semifinal ante Racing, donde fue superado durante los 90 minutos en juego pero sin ser plasmada con goles. Allí aparecieron los penales y la clasificación a la final. Allí, nuevamente mostró autoridad y oportunismo para definir un partido. Un gran aliciente para lo que viene. En lo inmediato, el partido ante Deportivo Cali para clasificar a los octavos de final de la Copa Libertadores (debe ganar, otro resultado no le sirve). Y en lo posterior para comenzar el campeonato de la Liga Profesional de la mejor manera posible. Hoy, tres años después, tuvo su revancha.
El Puma
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