VICENTE DUMARS, CAPÍTULO 9


          Inició la pretemporada haciendo trabajos diferenciados. Estaba completamente desganado y pendiente de que aparezcan ofertas. Por más que desde el club intentaban ocultar lo que sucedía, fue poco menos que imposible que los medios no se enteraran. Él siempre se mantenía diplomático ante los periodistas y sus respuestas eran las mismas, que él era jugador de Peñarol, que se debía al club y que estaba cómodo. Nelson insistía en que no lo vendieran. Desde Europa, nadie se acercaba.

         Mientras tanto, su vida nocturna era cada vez más activa. Se lo veía más en los boliches que entrenando, acompañado más de mujeres que de compañeros o rivales. El club intentaba ocultarlo. No había debutado aún en la temporada. La versión oficial era que no se recuperó de la lesión. Su aspecto era cada vez más sucio y desaliñado.

         Volvía a su casa tarde. Después de entrenar, se perdía en algún bar. Esa noche regresó particularmente tarde. Quién sabe por qué, se le ocurrió escuchar el contestador automático. Tenía cinco mensajes nuevos, todos sobre el mismo tema. El alma le volvió al cuerpo. Se acostó enseguida. Al despertar, se bañó y se afeitó. En la práctica fue de nuevo el de antes. Todos estaban asombrados. El técnico estaba feliz con este renacimiento de Vicente.

         Por la tarde, se reunió con los dirigentes en la sede del club. Ahí estaban acompañados por otras tres personas. Vicente escuchaba con mucha atención. Venían desde Buenos Aires, más precisamente desde Avellaneda. Querían llevárselo a Independiente. Enseguida llegaron a un acuerdo. Debía viajar para firmar el contrato. Sin perder tiempo, sacó su pasaje para esa misma noche. Al llegar a Aeroparque, lo fueron a buscar y lo llevaron al club. Los periodistas estaban esperando ahí. Vicente se reunió con los dirigentes. El tono era amable y cordial. Estaban leyendo las condiciones del contrato, cuando de pronto se abrió la puerta. “El pase no se hace”, gritó Nelson. Vicente no atinó a responder. Bajó la cabeza y fue llevado por su padre fuera del lugar.

Continuará...

El Puma 

Comentarios

Entradas populares de este blog

LAS BONDADES DE TUCUMÁN

¡AVE CÉSAR!

DOS QUE QUIEREN VOLVER A SER