VICENTE DUMARS, CAPÍTULO 4
Luego
de unos meses de receso, comenzó el campeonato local. En él, Vicente ratificaba
y mejoraba todo lo bueno que había hecho el año anterior. A pocos meses del
inicio del torneo, fue convocado a la selección juvenil sub 20. Al principio,
los dirigentes de Danubio se mostraban algo reacios a cederlo, pero la
insistencia de Nelson y de la Asociación Uruguaya los terminó convenciendo.
El
día del debut fue en el Centenario, con un estadio lleno, frente a Ecuador y Vicente
cumplió una actuación descollante. La prensa comenzaba a colocarlo entre los
grandes del fútbol mundial con una cierta tendencia a exagerar en sus
comentarios. El partido favoreció a la selección charrúa que se impuso por
A
Uruguay de la mano de Vicente se lo considerada como una de los seleccionados
favoritos. A su vez, Vicente comenzaba a ser el blanco favorito de los
defensores rivales y era castigado sin piedad. Las reacciones de Nelson en la
tribuna provocaban la vergüenza ajena de más de uno. En varias oportunidades quiso
ingresar al campo de juego con intenciones de agredir al árbitro o a algún
rival.
La
semifinal veía a Uruguay enfrentarse con el equipo local. La consigna para los anfitriones
era eliminar a Vicente para dejar a sus adversarios fuera de combate. El partido
arrancó con un ritmo de ida y vuelta permanente. Los chilenos planteaban un
partido de defensa cerrada, mediocampo combativo y con un equipo agazapado para
esperar algún contragolpe fulminante. Vicente tenía marca personal, pero eso no
evitó que se luciera y señalara el primer gol del partido. Sin embargo la
alegría fue corta ya que Chile empató al minuto siguiente y se puso al frente
otros cinco después. El clima dentro y fuera de la cancha comenzaba a ser
hostil y agresivo. Adentro, los jugadores olvidaron lo bueno hecho hasta
entonces y recurrían al juego brusco. En las tribunas se formaban algunas
grescas, especialmente protagonizadas por Nelson quien fue echado de las gradas
por tomarse a golpes de puño con el padre de uno de los jugadores chilenos que
tenía su mismo carácter. El resultado no se alteró y Uruguay quedó afuera
teniéndose que consolar con el tercer puesto.
Al
volver a Montevideo, la situación entre Nelson y los dirigentes se puso difícil
dado que el primero pedía un aumento considerable en el sueldo de su hijo. El
club no estaba en condiciones de pagarlo, pero después de largas conversaciones
lograron llegar a buen puerto a pesar de saberse que no permanecería mucho
tiempo más allí. Se hablaba del Nacional, Peñarol, Boca y hasta de River. A
pesar de todo, los dirigentes de Danubio lograron retenerlo por un año y medio
más. En ese tiempo, el equipo logró entrar a la Copa Libertadores.
Nelson
volvió a presionar. A partir de allí comenzaron las reuniones con dirigentes de
los equipos más prestigiosos de Uruguay. Nacional ofrecía más plata y Vicente
no veía con malos ojos pasar al Bolso, pero la intención del padre era que
jugara en Peñarol, cosa que logró concretar luego de varias negociaciones.
Continuará...
El Puma
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