HISTORIA DE LOS MUNDIALES: 1962, EL JOGO BONITO SE IMPUSO EN EL CAMPEONATO MÁS VIOLENTO



    Después de dos ediciones en Europa, la Copa del Mundo regresó a América del Sur en 1962. Para la séptima edición, la sede elegida fue Chile, que logró organizar el evento con obras realizadas contrarreloj tras el terremoto que afectó al sur del país. La fiesta estaba preparada. Estaba Brasil como candidato, con Pelé, Garrincha, Vavá, Didí y Mario Zagalo. Argentina, que seguía siendo el "campeón moral" intentaba cambiar su situación. El seleccionado local esperaba realizar el mejor papel posible. Por el lado de los europeos, Alemania Federal ya se había ganado el mote de candidato tras su épica coronación en 1954. Italia esperaba regresar a los primeros planos, Inglaterra deseaba obtener su primer título, la Unión Soviética, Yugoslavia, Checoslovaquia y Hungría también tenían con qué para codearse en los primeros lugares. 

    Italia se volvió en la primera ronda, tras caer ante Chile, en un partido cargado de mucha violencia, en donde la selección "azzurra" tuvo dos expulsados y la "roja" tras el 2 a 0 a favor, mostró un rendimiento sólido. A su vez, Italia empató con Alemania Federal y venció a Suiza, pero igualmente se quedó en el camino.

    Argentina volvió a marcharse en la fase inicial tras caer por 3 a 1 ante Inglaterra, vencer a Bulgaria por 1 a 0 e igualar sin tantos ante Hungría. Si bien su actuación no fue tan "catastrófica" como en el campeonato anterior, permaneció con el mismo estatus con el que llegó.

    Alemania Federal ganó su grupo, tras derrotar a Chile y Suiza e igualar (como se dijo antes) ante Italia, su histórica "bestia negra". Parecía que iba directo al título, pero se encontró con Yugoslavia en los cuartos de final y cayó por 1 a 0. 

    Los partidos de ese certamen se caracterizaban por ser fuertes y duros, tal es así que, para muchos, se conoció a Chile 1962 como "el Mundial más violento de la historia". Sin embargo, estaba el oasis en el desierto. En Viña del Mar jugaba Brasil, desplegando su "jogo bonito". En la primera jornada, venció a México por 2 a 0, con gol de Pelé incluido. Sin embargo, en el segundo partido, ante Checoslovaquia, se encendieron todas las alarmas: Brasil perdía a Pelé por el resto del torneo a causa de una lesión. Sin embargo, eso no amedrentó a los "verdeamarelos" liderados por Garrincha desde ese momento. Amarildo reemplazó a "o Rei" y no desentonó en absoluto. Garrincha tomó la batuta y enloquecía a cuanta defensa se le cruzaba. Luego de vencer a España, ganó el grupo y se enfrentó a Inglaterra en cuartos de final, venciéndola con autoridad y un inapelable 3 a 1. En la semifinal debió desplazarse al estadio Nacional de Santiago para enfrentar a Chile, que venía envalentonado y tenía en Leonel Sánchez a un goleador insaciable. Pero ni el aliento del público pudo con Brasil, fue 4 a 2. En la final, esperaba Checoslovaquia, el único rival al que no había podido vencer y que se puso en ventaja a los 15 minutos del primer tiempo a través de Josef Masopust. El susto duró solo 2 minutos, ya que igualó Amarildo enseguida. En el complemento, Zito y Vavá sentenciaban el trámite para que Brasil volviera a quedarse con la Copa Jules Rimet. 

    Era la confirmación de una era maravillosa, de enormes jugadores y del que, en ese entonces, era considerado el mejor del mundo. Chile 1962 fue la cabal demostración de que, a pesar del juego brusco, el fútbol sale triunfador. 



El Puma

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