ESTRELLAS SÍ, EQUIPO NO



     Hace más de 15 años que desembarcaron jeques, rusos, chinos, grupos empresarios millonarios para comprar clubes europeos. Tamin bin Hamad Al-Thani, jeque qatarí y poseedor de una riqueza incalculable, apostó a un club francés joven (fundado en 1975), pero que se volvió el más importante de Paris. El poderoso emir se adueñó del Paris Saint Germain en 2011, con el objetivo de  reinar en la liga local y que se codee con los clubes más importantes de Europa. La primera meta la conquistó con creces, obteniendo 7 de los últimos 10 títulos locales (esta temporada está cerca de conseguir la octava, pues lleva enorme ventaja), además de 6 de las últimas 10 ediciones de la Copa de Francia. 

    En Europa le está costando más. Por eso es que el jeque invierte todos los años en grandes jugadores para enriquecer el plantel y ser más competitivo. La Europa Champions League no solamente le es esquiva, sino que además allí registra eliminaciones y derrotas increíbles en los últimos años. En 2017, había goleado por 4 a 0 a Barcelona como local, y en la revancha fue vencido por 6 a 1 en el Camp Nou, tras una noche épica protagonizada por Neymar. A los pocos meses, Paris Saint Germain sorprendía al mundo con el fichaje del brasileño otrora su verdugo, tras pagar la cifra record de 252 millones de euros. Pero no alcanzó, siendo eliminado en la siguiente edición por Real Madrid en los octavos de final. Otra vez los octavos de final despidió a los franceses en 2019. Su verdugo fue un devaluado Manchester United, al que había derrotado por 2 a 0 en Inglaterra y luego cayendo como local por 3 a 1 (quedó afuera por haber hecho menos goles en condición de visitante). 

    El año en el que comenzó la pandemia fue cuando estuvo cerca de conseguir la preciada "Orejona", pero cayó ante Bayern Munich (indiscutido campeón de esa edición) por 1 a 0. Luego fue vencido en semifinales por Manchester City. Había jugadores de jerarquía para elegir. Pero faltaba algo. En todos esos años habían llegado Ángel Di María, Leandro Paredes, Gianluigi Buffon, Keylor Navas, Marquinhos, Marco Verratti, Kylian Mbappé, Mauro Icardi, todos para acompañar a Neymar. El jeque siempre redobló la apuesta y para esta temporada trajo nada más y nada menos que a Lionel Messi. Más de uno pensó que ya ganaba antes de jugar, pero otros se preguntaban cómo iban a complementarse juntas tantas estrellas. 

    Pasaron los meses y, si bien en la liga local está cómodo en el primer lugar, se encendieron las primeras señales cuando quedó afuera de la Copa de Francia. Arrancada la Champions League, el rendimiento no convencía y el resultado arrojó un segundo lugar en la zona de grupos, teniendo que enfrentar en octavos de final a Real Madrid. El conjunto español, máximo ganador en la historia de esta competencia, presentó un equipo de menor jerarquía comparado a otros años, pero con la historia, el prestigio, la tradición y la gloria detrás. A la ida, ganaron los franceses por 1 a 0, habiendo jugado mejor, pero dando la sensación de que no era suficiente para pasar a cuartos de final en el mítico estadio Santiago Bernabeu. Estuvo a 45 minutos de lograrlo, se puso en ventaja en la etapa inicial, pero el conjunto "merengue" sacó a relucir toda su historia y jerarquía para demostrar su supremacía. Fue 3 a 1, con un hat trick de Karim Benzema y una pálida actuación del Paris Saint Germain que no encontró soluciones, ni respuestas. Con el diario del lunes, más de alguno dirá que no se puede alternar un puesto tan importante como el del arquero y que debió atajar el costarricense Keylor Navas, conocedor del Real Madrid por haber integrado sus filas por mucho tiempo y saber cómo actuar en el histórico reducto madrileño. Pero la verdad es que ni Keylor Navas, ni Gianluigi Donnarumma, se sienten dueños del arco. Sergio Ramos llegó para reforzar la defensa, pero casi ni jugó víctima de sus permanenentes lesiones. Messi se mostró apagado y, si bien sigue siendo fundamental para su equipo, está cumpliendo otra función, haciendo menos goles y más asistencias. Ya no tiene la misma velocidad (el paso irremediable del tiempo no lo exime), por lo que está más estacionado en el mediocampo. Neymar cada año baja su rendimiento desde que llegó a Francia. Más ocupado en tirarse al piso simulando faltas que haciendo lo que mejor sabe hacer: jugar al fútbol. Quien tiene, por lejos, el mejor rendimiento en este rejunte de estrellas es Mbappé. 

    El Paris Saint Germain es la prueba cabal de que solo con dinero para comprar estrellas, no alcanza. ¿Puede conseguirlo? Sí, pero no será de la noche a la mañana. Las estrellas seguramente ayudarán, pero solas no van a lograrlo. Ni Messi sólo, ni Neymar sólo, ni Mbappé sólo van a darle el título europeo al equipo parisino. Algo similar ocurre con Manchester City. Pero a diferencia de los franceses, el conjunto inglés va consolidando una forma de juego y se puede decir que tiene un equipo. A Paris Saint Germain le falta serlo. 

El Puma

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