HISTORIA DE LOS MUNDIALES: 1958, APARICIÓN DE PELÉ Y EL JOGO BONITO

     Pasaban los años y los Mundiales iban tomando mayor adhesión y popularidad. En la edición de 1958, disputada en Suecia, marcaría el comienzo de una nueva era. Aparecían equipos nuevos y grandes figuras. Algunas ni siquiera llegaban a participar en estas competiciones, como era el caso de Alfredo Di Stéfano, argentino de nacimiento, pero español por adopción en esos años, que ponía a Real Madrid en la cima de Europa, pero que no lograba lo propio con la roja. Alemania Federal defendía el título conseguido de forma casi inesperada en 1954. Argentina finalmente participó. El equipo albiceleste, que era conocido por ser el "campeón moral", debía demostrar que eso era solo un dicho. Llevó a grandes jugadores como Amadeo Carrizo en el arco, Ángel Labruna, Orestes Corbatta entre los más destacados. Sin embargo, esas figuras ya estaban con varios años encima y daban muchas ventajas en lo físico. Arrancaron perdiendo por 3 a 1 ante Alemania Federal, luego derrotaron a Irlanda del Norte y se jugaban la clasificación a los cuartos de final ante Checoslovaquia. Ahí se produjo la hecatombe, los sudamericanos se fueron goleados por 6 a 1 y luego recibieron monedazos al llegar a Ezeiza.

    Una de las sensaciones del campeonato fue Francia y su ofensiva. Raymond Kopa, quien también fuera compañero de Di Stéfano en Real Madrid, era el cerebro del equipo, mientras que el goleador era Just Fontaine. Tenían en esa edición, su mejor actuación histórica hasta entonces. Suecia, el local, también contaba con un equipo sólido. Pero la sensación de ese torneo era Brasil y en especial, un jovencito de 17 años, jugador de Santos con una habilidad innata. Su nombre es Edson Arantes do Nascimento, pero todos lo conocen como Pelé. Además de la habilidad de este último, además de su capacidad goleadora, el equipo "verdeamarelo" estaba compuesto por Garrincha y sus electrizantes arranques por las bandas, además de amagues que enloquecían a las defensas rivales, Didí, Vavá, Mario Zagalo, José Altafini, Hilderaldo Bellini. Todos ellos se complementaban perfectamente protagonizaban lo que se empezó a conocer en Brasil y en todo el mundo como "jogo bonito". A medida que pasaban los partidos, daba la sensación de que los sudamericanos no tenían rivales. Quien parecía que iba a hacerle frente era Francia, pero fue solo por un momento. Fue victoria por 5 a 2 y pase a la final. Allí aguardaba el equipo local, que comenzó ganando al minuto con un gol de Nils Liedholm, pero luego vino el aluvión y terminó siendo un contundente 5 a 2. 

    

    Pelé, con solo 17 años, era la aparición más importante hasta ese entonces. Con muchos años por delante, más de uno suponía que se estaba en presencia de un nuevo fenómeno y que éste duraría por muchos años. "O Rei" había asumido su trono.

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