HISTORIA DE LOS MUNDIALES: 1954, CUANDO EL SUBCAMPEÓN FUE MÁS RECORDADO QUE EL CAMPEÓN


    Los Mundiales de fútbol seguían con su marcha exitosa. En 1954, la F.I.F.A designó a Suiza para albergar el evento, cosa que ya había sido pactada para 1949, pero luego de constatar que no contaba aún con la infraestructura, decidió postergarlo para años más tarde. Ese año, Alemania fue nuevamente autorizado a competir, tras la sanción impuesta luego de la Segunda Guerra Mundial, pero debía hacerlo dividida, como estaba en ese entonces. Participó Alemania Federal (u Occidental), más otros 15 equipos y se dividió en 4 grupos de 4, clasificando los dos primeros de cada uno a los cuartos de final. 

    El equipo sensación y gran candidato a llevarse la Copa Jules Rimet era, sin dudas, Hungría. El equipo del este europeo, que fue finalista en 1938, armó (para muchos) el mejor combinado de su historia con un generador de juego como Ferenc Puskas y un gran goleador como Sándor Kocsis, además de un conjunto que practicaba un fútbol tan vistoso como efectivo. Lo demostró desde el primer partido, al golear por 9 a 0 a Corea del Sur. El segundo encuentro era una prueba de fuego ante Alemania Federal. El dominio húngaro fue tal que le propinó a los teutones la peor derrota sufrida en una Copa del Mundo, fue un 8 a 3 sin reparos. Cuatro goles de Koscsis, uno de Puskas, dos de Nandor Hidegkuti y el último de Jozsef Toth fueron demasiado para los alemanes que descontaron a través de Alfred Pfaff, Helmut Rahn y Richard Herrmann. Luego, Alemania Federal debió disputar un desempate ante Turquía para clasificar a la etapa siguiente.

    En cuartos de final, Hungría enfrentaba a Brasil en un duelo memorable. En Berna, se puso muy rápidamente en ventaja por 2 a 0, pero los sudamericanos descontaron en el segundo tiempo. No alcanzó ya que los húngaros volvieron a tomar mayor ventaja. Finalmente, el duelo terminó 4 a 2. 

    Para la semifinal, en Lausana, lo aguardaba el campeón defensor: Uruguay. Al igual que en el duelo anterior, los europeos se pusieron en ventaja por 2 a 0. Sin embargo, los "celestes" sacaron a relucir su histórica "garra charrúa" e igualaron antes de los 90 minutos. Pero el desgaste fue tan grande que en el tiempo suplementario, Hungría volvió a dominar y con dos goles de Kocsis, sentenció el 4 a 2 final, propinándole a los sudamericanos su primera derrota en la historia de los Mundiales.

    En la final se volvía a cruzar con Alemania Federal. Después de la goleada en la fase de grupos, se descontaba un nuevo triunfo y la consagración de Hungría como nuevo campeón. En los 8 primeros minutos, los del este de Europa, con tantos de Puskas y Zoltan Czibor, ya ganaban 2 a 0. Pero históricamente siempre se dijo que no había que subestimar a los alemanes y ese día quedó demostrado. A los 10 minutos del primer tiempo, descontó Max Morlock y a los 18 igualó Helmut Rahn. Si bien, ya se había visto que los húngaros ganaban cuando se lo proponían, esta vez no fue así. La actitud y la férrea defensa que paró Sepp Herberger hacían chocar a esa delantera temible una y otra vez. Y en el momento menos pensado, a los 41 minutos del segundo tiempo, un contragolpe germano, terminó con un remate de Rahn que puso el 3 a 2. Hungría sufrió ese impacto y no pudo recuperarse ni tuvo tiempo para forzar el alargue. Alemania Federal produjo lo que en la historia fue conocido como "el milagro de Berna". Consiguió así el primer título mundial de su historia, pero sin embargo, 1954 será recordado como el campeonato en el que se hablaba más del subcampeón que del campeón.


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