MELINA Y JOSÉ, CAPÍTULO 3

          ¿Cuándo fue la última vez que nos vimos, Meli? Creo que fue antes de que me fuera a Europa. O fue en el micro estadio de River, cuando yo jugaba ahí. ¿Habrá sido en Ezeiza? No, ahora que me acuerdo, nos cruzamos de casualidad en Italia, pero fue algo tan fugaz que no lo tengo registrado. Habíamos jugado el Mundial y me fue muy bien. Ahí me vinieron a buscar de un club en Treviso y a los pocos días hice la valija. Me acuerdo que viniste con toda la barra del club a despedirme a Ezeiza. Viajé con mucha ilusión. Fue duro al principio, lejos de casa, de la familia, de los amigos. Es fácil decir “chau, me voy”, pero una vez que estás en otro lugar, que sos extranjero y las cosas te cuestan el doble, empezás a valorar a tu país. Te das cuenta de que, a pesar de todo, lo querés. Y hay mucha diferencia entre Buenos Aires y Treviso. La vida es más pueblerina y no existe lo que tenemos nosotros, de juntarnos en la casa de un compañero o de ir a la casa de alguno así por qué sí. Bah, no te lo voy a contar a vos, me imagino que te habrá pasado lo mismo. Para que un italiano te invite a tu casa, te tiene que conocer muy bien. Yo estuve un año hasta visitar la casa de uno de mis compañeros. Con el tiempo, me empecé a adaptar y me gustaba. Le encontré la vuelta y la pasé muy bien.    En Treviso tuve una noviecita. Pero duramos poco. Ella se fue a hacer un master a Milán y el tiempo y la distancia se ocuparon de disolver todo. Yo al poco tiempo fui transferido a Bologna. Ese fue mi mejor momento. Estuve varios años, la ciudad me encantaba y la gente era de primera. Ahí salí muchos años con Giuliana. Era una buena chica, íbamos en serio. Pero hubo mucho desgaste. Empezamos a estar a destiempo uno del otro y hubo varios roces. Me estaban por transferir a Japón. Ya había hecho alguna diferencia y no me quedaban muchos desafíos por enfrentar en lo deportivo. Me ofrecían mucha plata, viajé a Japón, estaba por firmar el contrato y surgió un inconveniente. Me deprimí y decidí no jugar más. Ahí fue cuando hice la última gira con la selección y anuncié mi retiro. Tenía la opción de quedarme en Bologna a trabajar y a vivir ahí, pero me tiraba mucho el barrio y tenía ganas de volver. Así que me vine donde todo empezó y laburo en Italiano. La verdad es que esta visita tuya me sorprende. No veo la hora de que me cuentes tu historia. La mía es muy sencilla, se me hace que la tuya es más interesante.

Continuará...

El Puma