LA ERA DE LOS TORNEOS CORTOS: VÉLEZ BICAMPEÓN



 

    A mediados de la década del 90 del siglo pasado, se vivía una época de gran nivel en el fútbol argentino. Figuras que regresaban y otras que surgían, eran el combo perfecto. Hubo pocos equipos dominadores en esa época, uno de ellos fue sin dudas Vélez Sarsfield. El conjunto de la V azulada, vivía la mejor era de su historia teniendo como protagonista en la dirección técnica a Carlos Bianchi, hijo dilecto de la casa (goleador histórico del club), y dentro de la cancha a su capitán y emblema: el arquero paraguayo José Luis Félix Chilavert. Un equipo armado, literalmente, desde atrás hacia adelante. El guardameta, además de brindar seguridad bajo los tres palos, ordenaba la defensa y la hacía casi impenetrable. Flavio Zandoná era el lateral por la derecha. Su mayor virtud era su fuerte pegada. En la zaga central Roberto Trotta y Mauricio Pellegrino conformaban una muralla, mientras que Raúl Cardozo manejaba el lateral izquierdo. Marcelo Gómez robaba, mientras que Marcelo Herrera y Carlos Compagnucci corrían por los dos carriles. Cristian Bassedas hacía el trabajo silencioso pero efectivo. Adelante, Martín Posse reemplazó a un lesionado Omar Asad y logró que no se extrañe al "Turco", acompañando a José Oscar Flores.

    Si bien este equipo no tuvo la consagración épica como la anterior, esta vez mostró superioridad de principio a fin. Peleó el campeonato con Gimnasia y Esgrima La Plata hasta el final, pero tomó la punta en la fecha 13 para no soltarla más. No perdió con ninguno de los denominados grandes: empató con los dos equipos de Avellaneda, goleó a San Lorenzo y a Boca Juniors y venció a River Plate. Ante estos dos últimos, se agigantó la figura de Chilavert. El arquero le marcó un gol desde atrás de la mitad de la cancha ante el conjunto "Millonario" y otros dos (uno de tiro libre y el otro de penal) al equipo de la Ribera. 

    Vélez no jugaba vistoso, pero era sólido y efectivo. Bianchi logró, en tres años, consolidar un patrón de juego en donde el sistema predomina por encima de las individualidades. En ese equipo, quienes entraban cumplían tan bien la tarea como los que salían. Esa vuelta olímpica fue la última de los de Liniers con Carlos Bianchi. De hecho, el "Virrey" no concluyó el torneo en la dirección técnica ya que fue contratado por la Roma de Italia y en las últimas 3 fechas tomó la posta Osvaldo Piazza. 

El Puma

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