EL JUICIO A MERCEDES VLAOVIC, CAPÍTULO 11
Blanco se acercó a Mercedes y le susurró
algo al oído, a los pocos segundos la llamó al estrado como último testigo. En
la sala se empezaba a escuchar un bullicio leve, hasta que Collina llamó a
silencio. “Señora Vlaovic, comenzó el abogado, cuéntenos que estaba haciendo la
noche del 24 de septiembre.
- Había
estado toda la tarde afuera, cuando empezó a anochecer me encontré con Pedro.
- ¿Peleó con
su esposo ese día?
- No había
día en que no lo hiciera, aunque últimamente casi no nos hablábamos.
- Cuéntenos
como fueron los hechos desde que llegó a su casa esa noche en adelante.
- Había
estado en la casa de Pedro hasta las once de la noche, se había hecho algo
tarde y volví a mi casa. Cuando me acerqué a la puerta principal escuché unos ruidos
y me asusté.
- ¿Qué paso
por su cabeza en ese momento?
- Pensé que
había entrado un ladrón, no hubiera sido la primera vez.
- Continúe
por favor.
- Entré a mi
casa, tardé un poco porque estaba tan nerviosa que no lograba girar la llave.
- ¿Qué hizo
cuando entró?
- Al
principio nada, cuando ya no hubo más ruidos, llamé a Daniel, pero no
contestaba. Entonces lo empecé a buscar y lo encontré tirado en el suelo de la
cocina. El piso estaba bañado de sangre.
- ¿Cuál fue
su reacción inmediata?
- Salí
corriendo.
- ¿Hacia
adonde?
- Volví a lo
de Pedro.
- ¿Llamaron
a la policía?
- Sí, no al
principio. Estaba muy nerviosa y casi no podía hablar. Cuando pude calmarme un
poco llamamos a la policía.
- Señora
Vlaovic, sabemos por medio de todos los testigos que usted y su marido no se
llevaban bien. También es del conocimiento público que él la golpeaba y, según
algunos, con excesiva brutalidad. Puede contarnos sobre esas golpizas, cuando
empezaron y como fue que fueron aumentando.
- Estuvimos
casados por siete años. Los primeros fueron muy felices, los dos trabajábamos y
teníamos una hermosa familia.
- ¿Y qué
pasó?
- Daniel
perdió su empleo hace tres años y no volvió a encontrar otro. A partir de ahí,
nuestras vidas cambiaron vertiginosamente.
- ¿Cuán
vertiginosamente?
- Demasiado.
Él empezaba a verse tenso, lo ponía mal el hecho de no tener trabajo y se
descargaba conmigo. Me pegaba, después me juraba que no lo iba a volver a
hacer, pero al día siguiente la historia se repetía. Cada vez me pegaba más,
sus golpes eran más fuertes.
- Sé que lo
que le voy a pedir es difícil señora Vlaovic pero, ¿puede mostrarle a la corte
alguna herida o algo que le haya quedado de una agresión de su esposo?”
Mercedes se arremangó la camisa y
mostró una cicatriz de diez puntos de sutura que tenía en el antebrazo. Blanco
continuó: “¿Puede explicarnos el origen de esa cicatriz?
- Yo acababa
de llegar del trabajo y Daniel había estado tomando. Me reprochó el haber
llegado tarde y me dio una trompada. Intenté defenderme pero no había caso. Sin
embargo logré arañarle la cara, cosa que lo enloqueció y tomó un cuchillo.
Decía que me iba a matar, que yo tenía la culpa de todos sus males.
- ¿Intentó
matarla?
- Eso creí,
se me acercó y grité. En ese momento él me estaba acercando el cuchillo al
pecho y puse mi brazo para protegerme. Me produjo una herida profunda, tuvimos
que ir a un hospital y ahí me cosieron.
- ¿Por qué
tardó tanto en pedirle el divorcio a su esposo?
- Porque
confiaba en que las cosas iban a cambiar, que Daniel iba a dejar de golpearme y
que volveríamos a ser felices.
- ¿Cuál fue
la reacción de su marido cuando le pidió el divorcio?
- Me golpeó,
me insultó, me amenazó y me dijo que no me lo iba a dar, que tenía que estar
con él en las buenas y en las malas.
- ¿Comenzó
acciones de divorcio?
- Tardé un
poco en hacerlo, fui consultando a los distintos abogados y el pedido formal ya
estaba por llegar a las manos de Daniel.
- Su suegra
afirmó aquí que alguna vez intervino en sus discusiones. Díganos que tipo de
intervenciones eran.
- Me
reprochaba mis actitudes todo el tiempo. Me decía que yo tenía que ayudar a
Daniel, que lo tenía que comprender porque estaba viviendo una etapa difícil.
- ¿Alguna
vez su suegra presenció una golpiza de Daniel?
- Sí.
- ¿Intervino
alguna vez en ellas?
- Solía
echar leña al fuego y cuando él terminaba, ella agregaba algún sermón o me
decía que cada vez que lo hiciera infeliz me iba a pasar eso.
- ¿Por qué
cree que Daniel no quería el divorcio?
- Porque yo
lo mantenía, yo era la que trabajaba y con lo poco que tenía él podía vivir.
- ¿Hizo su
esposo algún intento por conseguir empleo?
- Al
principio sí, pero al cabo de un tiempo se resignó y se pasaba todo el día en
casa tomando y a veces sin levantarse de la cama.
- ¿Le
sugirió alguna vez que buscara ayuda?
- Todo el
tiempo. Le recomendé que fuera a un psiquiatra, pero él respondía con
agresiones.
- ¿Qué
siente hoy por su esposo?
- Lástima.
- Gracias,
no más preguntas.”
Continuará...
El Puma
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