GERD MÜLLER, EL BOMBARDERO



    El 17 de junio de 1970, bajo un sol que caía a plomo en el estadio Azteca de la Ciudad de México, Alemania Federal e Italia disputaban una de las semifinales del Mundial. El conjunto germano venía de tomarse revancha de la final perdida cuatro años atrás, derrotando a Inglaterra por 3 a 2, tras ir cayendo por 2 a 0 y en tiempo suplementario. El gol que le dio la clasificación a Alemania fue el máximo artillero de ese certamen, Gerhard Müller, más conocido en el mundo del fútbol como Gerd. Ahora debían enfrentar a su histórica bestia negra, Italia. El partido fue denominado como "el partido del siglo". 

    Roberto Boninsegna puso en ventaja a la "squadra azzurra" a los 8 minutos y luego se dedico a resistir los embates del equipo alemán. Y casi lo logra, pero en el último suspiro del tiempo regular, Karl-Heinz Schnellinger consiguió la igualdad y forzó al alargue. En esos 30 minutos suplementarios, se vieron todas las emociones juntas posibles: Franz Beckenbauer lesionado e inmovilizado de la clavícula y goles, muchos goles. Gerd Müller puso en ventaja a los teutones a los pocos minutos, pero Tarcisio Burgnich igualó para los italianos, quienes dieron vuelta tiempo después el marcador con un tanto de Luigi Riva. Sin embargo, Müller y los alemanes seguían dando batalla y fue el mismo goleador quien igualó en tres. Ese "partido del siglo" se lo llevó Italia por 4 a 3, con un gol final marcado por Gianni Rivera. Para Müller, quien marcó 10 goles en ese Mundial, le quedó el consuelo del tercer puesto ante Uruguay. 



    Cuatro años después, en su país, tendrá su revancha. En el medio, consiguió ser campeón de Europa, en Bélgica 1972. En el Mundial de 1974 no tendría una actuación tan brillante como en México, pero su participación fue fundamental. En la final ante Países Bajos, los locales comenzaron perdiendo con un gol de Johan Neeskens de penal, al minuto de juego, y sin haber tocado la pelota. Müller fue provocado por defensores neerlandeses y hasta empujado por uno de ellos, cayendo al piso. Sin embargo, no reaccionó y esperó a su turno. Alemania Federal igualó también de penal a través de Paul Breitner. Y antes del final del primer tiempo, en un contragolpe, Müller quedó solo ante el arco rival y definió cruzado para delirio del estadio Olímpico de Munich. Con ese tanto, le dio a su país su segundo Campeonato del Mundo. Con 14 goles, fue el máximo goleador de la historia de los Mundiales, hasta 2006, cuando fue superado por el brasileño Ronaldo. 



    Pero la carrera de Müller no solo fue destacada en su selección. En Bayern Munich, su club, tuvo festejos de todo tipo. Campeón de la Bundesliga en 1969, 1972, 1973 y 1974, de la Copa de Alemania en 1966, 1967, 1969 y 1971, ganador de la Recopa Europea en 1967 y de la Copa de Campeones en 1974, 1975 y 1976, consiguiendo en ese último año también la Copa Intercontinental. Luego de todos esos logros, y sobre el final de su carrera, se fue a jugar a Estados Unidos por 3 temporadas al Fort Lauderdale Strikers. Retirado de la actividad en 1981, tuvo que jugar el partido más difícil de su vida: el de ser ex jugador. Si bien recibió la ayuda de su familia y de su club, debió enfrentar graves problemas de alcoholismo. 

    Este histórico delantero alemán, nacido en Nördlingen, Baviera, el 3 de noviembre de 1945, acaba de fallecer a los 75 años, dejando un legado histórico en el fútbol. Apodado el "Bombardero" o el "Torpedo", el mundo del deporte le rinde homenaje eterno. Temible goleador, emblema de Bayern Munich y de su selección, deja una huella imborrable en este deporte. 

El Puma

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