EL REGRESO DE WLADIMIR NOVAK, CAPÍTULO 1


 

         En una tarde de noviembre, las cosas dejaron de ser como eran en Praga. Una multitud se reunió en la Plaza Venceslao para manifestarse en contra del comunismo. La policía reprimía, sus recursos eran cada vez más limitados. Entre ese día y los siguientes, fueron renunciando los principales cabecillas del gobierno hasta llegar al presidente. Al finalizar ese año, Checoslovaquia volvía a ser una nación libre después de tantos años. Se celebraron las fiestas con enorme alegría, la cortina de hierro y la guerra fría acababan de terminar. Cuando comenzó el nuevo año, hubo que barajar y arrancar desde el principio. La tarea era dura, pero sobraba optimismo.

         Siete meses más tarde, un mediodía, un avión proveniente de Roma aterrizaba en el aeropuerto de Praga. Entre los pasajeros, se encontraba un hombre que no era esperado por nadie. Era alto, delgado y de pelo canoso. Salió del aeropuerto y tomó un taxi que lo llevó al hotel Intercontinental, ubicado a pocos metros de Staromeske Namesti. Durante el trayecto, observaba el paisaje con expresión melancólica. Una vez que llegó al hotel, dejó su equipaje y fue a caminar. Enfiló para la ciudad vieja y deteniéndose en cada esquina para mirar a su alrededor. Continuó su camino hacia Vaclavske Namesti. Al ver el monumento de San Venceslao, intentó imaginar la forma en que sus compatriotas habían derrotado al comunismo. Se acercaba al monumento lentamente, cuando de pronto volvió a detenerse en una esquina, y al ver el nombre de esa calle, Stepanska, decidió desviarse y olvidarse por un momento de la plaza. Siguió por allí casi con temor.

Continuará...

El Puma

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