EL CÍRCULO
Su hora llegó, todos
estaban allí para despedirlo. Su esposa lloraba con enorme desconsuelo. El
sacerdote ya pronunció su oración final, Marcos estaba siendo enterrado.
Pasaron unas horas, de pronto escuchó
algo. “Finalmente te tengo frente a mí, dijo la voz.
- ¿Quién es?
- Vos no me
podés ver, pero te aseguro que me vas a escuchar.
- ¿Quién
sos?
- Muy buena pregunta. Tengo infinidad
de nombres. Algunos me dicen Yahvé, otros me bautizaron Jehová, también me
llaman Allah o simplemente Dios. Como ves, tengo múltiple identidad. Pero
hablemos de vos, no fuiste precisamente una persona ejemplar.
- ¿Me estás juzgando?
- Soy el único que puede hacerlo. A mí
no me vas a poder mentir, ni embaucar.
- Me parece que te estás confundiendo.
- A mí no. Sé todo lo que hiciste,
todo lo que pasaba dentro de tu cabeza. Creíste que eras todopoderoso y que
nada podría frenarte, y como ves, solo me hizo falta un chasquido de dedos para
terminar con tu mentira.
- Pero… no, imposible. Vos no existís,
yo no creo en vos.
- Lo sé. ¿Cuántas veces te reíste de
mí, cuántas veces invocaste mi nombre falsamente frente a otros? No me lo
contestes, ya lo sé, tengo contadas todas las ocasiones.
- ¿Por qué no te puedo ver?
- Porque nunca me quisiste ver. Pero
todavía me quedan cosas por decirte antes de ver que es lo que voy a hacer con
vos.
- No te creo nada. Estás jugando
conmigo.
- Si quisiera jugar con vos, te
aseguro que lo estarías pasando mucho peor. Te estoy juzgando, estoy viendo si
te envío al purgatorio o al infierno. ¿No pensarás que te voy a mandar al
cielo?
- Ni que hubiese cometido un crimen.
No hice cosas tan malas. Hubo otros que hicieron cosas peores.
- No te sigas burlando de mí, sé todo
lo que hiciste y pensaste.
- ¿Y qué hice de tan terrible?
- A ver, ¿por dónde empezar? Engañaste
a tu mujer cuantas veces pudiste, y varias veces con las esposas y novias de
tus “amigos” o tus hermanos, a quienes también estafaste y saliste impune.
Mandaste a prisión a una persona inocente. Les robaste a tus hermanos dinero de
la herencia de tus padres, a quienes les mentiste toda tu vida, por ejemplo
diciéndoles que te habías recibido de médico. Empezaste a incursionar en la
política y dejaste a tu padrino en la calle por un asunto de corrupción en el
que estabas implicado. Perdé cuidado, le mentiste tanto y tan bien a la gente
que ibas a ganar las elecciones y tenías intenciones de seguir robando. No te
mereces ninguna de las lágrimas que se derramaron y se siguen derramando. Me
parece que te podrás imaginar cuál es tu destino, sería lo lógico.
- Me parece que la pregunta va a estar
de más, pero lo mismo te la voy a hacer. ¿Ya tenés tu veredicto?
- Hace rato que lo tenía. Desde que
sos adolescente. Ni hace falta que te diga cual es tu merecido. Sin embargo seré
piadoso y te voy a dar la posibilidad de reivindicarte. Vas a tener que
revertir tu pasado y demostrarme que no me voy a arrepentir por esta decisión.”
Dora estaba en la sala de partos
sufriendo junto a los médicos y Martín. Luego de un largo rato, un niño
llorando en sus brazos le devolvía una sonrisa. “Sabe como lo va a llamar,
señora, preguntó el partero.
- Se va a
llamar Marcos.”
El Puma
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