MOSTACCIONI, CAPÍTULO 2


 

Peter Williamson llegó la semana siguiente y fue recibido por Marini y Gattone en el aeropuerto. Era un hombre de mediana edad, calvo y obeso. De allí, los policías se dirigieron a la jefatura y de inmediato comenzaron a trabajar. Williamson se interesaba mucho en el caso, llenaba de preguntas a sus colegas quienes por momentos se miraban atónitos. Entre los tres buscaron todo tipo de evidencias, desde testimonios hasta fotografías. De pronto, Gattone notó que en los últimos lugares donde se cometieron los atentados, habían encontrado a los hermanos Gazzanelli. “¿Quiénes son esos?, preguntó Williamson.

- Son tres holgazanes que merodean por la ciudad -contestó Marini-, no creo que tengan algo que ver.

- Sin embargo, pienso que su presencia en esos lugares no es mera coincidencia. Sugiero que los interroguemos y visitemos los lugares que suelen frecuentar.

- Eso no será difícil. Durante el día están vagabundeando y por las noches se pasan el tiempo en ´La bella bestia´ -agregó Gattone-.”

         Por la noche, los tres policías se dirigieron a ese lugar, un cabaret ubicado en una zona baja de la ciudad. En la puerta se encontraba Diego, el mayor de los hermanos, promocionando la función de esa noche. Al ver a Marini junto con Gattone y Williamson, ingresó al cabaret y entró al camerino de la artista estrella del lugar, más conocida como Lulú.

“- ¿Que haces aquí? – preguntó ella – No ves que estoy cambiándome.

- La policía está aquí.

- ¿Sospecharán algo?

- No lo sé, pero debo prevenir al jefe.

- A propósito, ¿Aún no sabes cuando recibiré mi paga? Hace ya diez días que espero.

- No te preocupes, el jefe siempre cumple sus promesas.

- Pues está tardando demasiado, quiero irme de este maldito lugar.

- Ya lo sé. Yo también quiero irme de aquí, pero debemos esperar. Lo llamaré.”

         Diego tomó el teléfono. Del otro lado recibió la orden de mantener la calma en el cabaret. A continuación se reunió con uno de los mozos para que éste atendiera la mesa de los policías. “Ya sabes lo que tienes que hacer”, le susurró al oído.

Continuará...

El Puma

Comentarios

Entradas populares de este blog

LAS BONDADES DE TUCUMÁN

¡AVE CÉSAR!

DOS QUE QUIEREN VOLVER A SER