TOMA Y DACA


 

         En la historia de la Fórmula 1, deambularon grandes corredores, campeones y rivalidades. Entre estas últimas, la más destacada – o la más taquillera – fue, durante gran parte de la década de 1970, la del austríaco Niki Lauda con el británico James Hunt, de la cuál hasta se hizo una muy famosa película. En el podio, muy cerca de esta rivalidad mencionada, se encontraba la del francés Alain Prost y el brasileño Ayrton Senna. Primero fueron compañeros de equipo, en la escudería Mac Laren. El galo había sido bicampeón mundial primero y era el principal piloto de la escudería. Sin embargo, el brasileño obtuvo un campeonato, amenazando el liderazgo de su compañero y ambos empezaban a mirarse de reojo. En 1989, Prost, después de polémicas declaraciones cruzadas con Senna, anunció en plena temporada que dejaba la escudería para pasar a Ferrari el año siguiente.

         Durante esa última temporada de Prost en el equipo británico, el duelo entre los dos era más y más áspero. En el penúltimo Gran Premio del año, disputado en Suzuka, Japón, el francés llegaba con 12 puntos por encima de Senna, una ventaja considerable y, en caso de que ninguno de los dos  sumara puntos, se consagraría campeón. El brasileño había conseguido la pole position y venía liderando la carrera, hasta que en la vuelta 46, en una curva, el francés lo chocó desde atrás. El galo se bajó de su auto dando por finalizada su participación. Senna convenció a los comisarios que empujaran su auto para seguir en carrera y terminar cruzando primero la línea de meta. Sin embargo, fue descalificado y sancionado con una severa multa. Con ese resultado, Prost obtuvo su tercer título de pilotos.



         Al año siguiente, ya en distintos equipos, la rivalidad seguía a flor de piel. Ya no tenían que convivir, con lo que le habrán ahorrado varios disgustos a quienes compartían la escudería con ellos. En 1990, Ferrari peleó el campeonato con un auto inferior a Mac Laren, gracias a Prost. Pero Senna, con un vehículo superior, lideraba las posiciones. Y nuevamente, en la penúltima carrera, en Suzuka, el panorama se invertía. Senna llegaba con ventaja y si ninguno de los dos sumaba puntos, se consagraría campeón. No hubo que esperar 46 vueltas para que se repitiera la escena, sino que alcanzó con llegar a la primera curva. La Ferrari de Prost se adelantó en la recta de salida, pero al tomar la primera curva, Senna aceleró y chocó a su ex compañero en la parte trasera dejando a ambos fuera de combate, pero consiguiendo su segundo título.



         Estos hechos demostraron, una vez más que la vida tiene muchas vueltas y que todo vuelve, es un toma y daca.

El Puma

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