¡U RU GUA YO!
Muchos jugadores uruguayos pasaron por
el fútbol argentino y siendo ídolos en los clubes dónde les tocó jugar.
Infinidad de hinchadas entonaban el “u ru gua yo, u ru gua yo”, para
vitorearlos. Uno de esos tantos jugadores fue Ruben Paz (el acento va en la “u”,
como corresponde en la vieja Banda Oriental) tras su paso por Racing Club. Este
volante creativo, que jugó con el dorsal número 8, en su primer paso por la “Academia”,
y el 10 durante el segundo, se ganó el corazón de los simpatizantes “académicos”
a fuerza de talento, goles y, fundamentalmente, una pegada magistral con su
pierna izquierda.
La historia de Paz comenzó en Peñarol de Artigas, su ciudad
natal, hasta que un cazatalentos conocido como “Godoña”, lo llevó a Peñarol de
Montevideo, donde debutó en primera a
los 17 años. En el conjunto carbonero, obtuvo dos campeonatos locales y dos
liguillas pre-Libertadores. Su capacidad y los dos títulos sudamericanos con el
combinado juvenil “celeste”, lo llevaron a ser convocado a la selección mayor,
ganar el “Mundialito” de 1981, disputado en Uruguay, y luego a ser transferido
a Internacional de Porto Alegre. Allí obtuvo 5 campeonatos gaúchos, en la misma
cantidad de años que estuvo. Fue convocado para jugar el Mundial de México, en
1986. Allí no fue habitual titular, pero se lo recuerda por haber ingresado en
el segundo tiempo del partido de octavos de final ante Argentina. Jugó 30
minutos e hizo sufrir al conjunto albiceleste, que se defendió con uñas y
dientes en ese tiempo para mantener el 1 a 0 a favor con el que clasificó a los
cuartos de final. Fue adquirido, junto con su compatriota Enzo Francescoli, por
el Racing Club de Paris. Pero en Francia no encontró continuidad y de ahí,
llegó al fútbol argentino.
En Avellaneda, encontró su lugar en el
mundo. Conquistó rápidamente el corazón de los hinchas de la “Academia”, en un
equipo que estaba hecho a su medida. Grandes actuaciones de ese elenco
deleitaban a todos, como por ejemplo la histórica goleada ante Boca Juniors,
por 6 a 0. Acompañado por Miguel Ángel Colombatti en el armado, y de el “Toti”
José Raúl Iglesias y Ramón Ismael Medina Bello en la delantera, hizo delirar a
media Avellaneda. Obtuvo la Supercopa Sudamericana y la Recopa Interamericana
en 1988, bajo la dirección técnica de Alfio Basile. En 1989, ese rendimiento lo
llevó a ser transferido a Genoa, junto a sus compatriotas Carlos Aguilera y
José Perdomo. Sin embargo, a pesar de tener un buen rendimiento y obtener una
Copa Italia, Paz regresó a Racing, dónde estuvo tres años más. En esa segunda
etapa, peleó el torneo Clausura 1991, pero no le alcanzó para poder
arrebatárselo al Boca dirigido por Oscar Washington Tabárez. También lidió con
lo que era el comienzo de una de las peores épocas de Racing, en lo económico,
y se marchó en 1993, tras un conflicto con la dirigencia.
En los años siguientes deambuló por
distintos clubes en Uruguay, y un paso muy breve por Godoy Cruz de Mendoza.
Rampla Juniors y Frontera Rivera fueron las camisetas que vistió, antes de
deambular por clubes regionales, tanto de su Artigas natal, como en San José de
Mayo. Así estuvo hasta que a los 46 años, colgó los botines en forma
definitiva. Hoy en día es el ayudante de campo de Mario Saralegui en Peñarol.
Los hinchas de Racing recordarán varias
cosas y muchas las sufrieron. Pero en esos momentos donde no salía campeón,
tuvieron varios oasis, instantes de algunas sonrisas, y varias de esas fueron
provocadas por este talentoso mediocampista de Artigas.
El Puma
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