ITALIA 1990: ¿UN EQUIPO MÍTICO O LA REIVINDICACIÓN DEL ANTI FÚTBOL?


         Argentina llegaba a Italia, en 1990, como campeón defensor. Cuatro años antes, en México, levantó la Copa del Mundo con un equipo espectacular, organizado, bien trabajado… y con Diego Armando Maradona en su mejor momento. Se mantuvo parte de la base del equipo ganador en tierras aztecas y se sumaron algunos otros, algunos a último momento. José Luis Brown, autor de uno de los goles de la final anterior, no llegó físicamente y fue reemplazado por José Tiburcio Serrizuela. Jorge Valdano, que después de dos años de estar aquejado por lesiones, regresó de su retiro para intentar estar en Italia, pero no convenció al cuerpo técnico. El promedio de edad era muy alto y varios críticos solicitaban la presencia de jugadores como Ramón Díaz o Diego Latorre, entre otros.

         Entre 1986 y 1990, la selección disputó dos ediciones de la Copa América, la primera en Argentina, la segunda en Brasil, con más pena que gloria en ambas. En los amistosos previos, el rendimiento distaba de ser bueno. Se confiaba en la magia de Maradona, quien venía de darle su segundo campeonato a Napoli, a nivel local, y mostrando su mejor nivel.

         El debut fue en el estadio Giuseppe Meazza, de Milán, ante Camerún. Argentina empezó tomando la iniciativa con un par de pinceladas de Maradona, pero con falta de puntería por parte de sus compañeros. Abel Balbo se perdió un gol insólito al quedar mano a mano con el arquero camerunés, Thomas N´Kono, a los pocos minutos. Sin embargo, el equipo albiceleste se fue apagando, en parte porque dejó de ser peligroso y otra por el juego brusco utilizado por el conjunto africano. En el segundo tiempo llegó la sorpresa, Francois Oman Biyick cabeceó en el área argentina y, tras una floja respuesta de Nery Pumpido, puso en ventaja a Camerún. Ese fue el golpe de knock out del que no se pudo recuperar. Fue 1 a 0 y una infinidad de interrogantes.

         Para el segundo partido, en Nápoles, Carlos Bilardo hizo varios cambios. Hizo entrar a Julio Olarticoechea, Pedro Troglio, Claudio Caniggia, Serrizuela y Pedro Monzón. El rendimiento mejoró notablemente y se ganó por 2 a 0, dando un poco más de oxígeno y esperanzas de pasar a los octavos de final. La nota que preocupó a todos fue la grave lesión de Pumpido, reemplazado por Sergio Goycochea a los pocos minutos de iniciarse el partido. El último encuentro de la primera fase, fue ante Rumania. Se empató en un tanto y se terminó pidiendo la hora.

         En octavos de final, el rival fue Brasil, con todo lo que eso significa. La “canarinha” fue muy superior. Los palos, el travesaño, la buena actuación de Goycochea, evitaron que Argentina se fuese al descanso con una contundente goleada en contra. En el segundo tiempo, si bien Brasil seguía siendo superior, bajó un poco su ritmo. Una genialidad de Maradona, dejó sólo a Caniggia con el arquero, a quién eludió y luego convirtió. 1 a 0 y a cuartos de final. Allí estaba Yugoslavia, con el que se igualó sin tantos y se clasificó por la definición desde el punto del penal. Cuando Maradona y Troglio erraron sus remates, parecía que se terminaba el reinado albiceleste, pero Goycochea salvó la ropa.

         En la semifinal, se enfrentó al local. Italia era, hasta ese momento, el equipo del Mundial. Llegaba con un rendimiento superlativo y el arco invicto. Sin embargo, ese fue el partido que mejor jugó Argentina. Fue superior al equipo “azzurro” durante los 90 minutos, pero sufrió en el tiempo suplementario porque se vio cansado. La igualdad en un gol, llevó otra vez a los penales, dónde se volvió a lucir Goycochea.

         Al igual que en México, cuatro años antes, la final fue con Alemania. Con el equipo diezmado por lesiones y suspensiones, se defendió como pudo y lo que tuvo, y poco se pudo hacer contra los germanos (Argentina no pateó al arco durante los 90 minutos). Los alemanes pudieron quebrar esa defensa dura a través de un polémico penal de Néstor Sensini a Rudy Vöeller, que Andreas Brehme convirtió brillantemente.

         Ese equipo de 1990 es muy recordado por la actitud y la garra. ¿Jugó bien? No. Además de que no era vistoso, creaba muy pocas situaciones, su prioridad era defender y que corrieran los minutos. ¿Era un equipo con corazón? Fue eso – y algo de suerte – lo que llevó a Argentina hasta la final. ¿Maradona fue determinante? Mucho menos que en México. ¿Por qué? Fundamentalmente porque lo marcaron mejor y porque se lesionó el tobillo muy temprano, lo que disminuyó su rendimiento. Si bien para los argentinos, se trató de un equipo de héroes, para muchos otros, practicaba el anti fútbol.

 

El Puma


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