GANADOR POR DONDE SE LO MIRE

¿Es posible creer que haya alguien que ganó todo como jugador en Milan y como entrenador en Inter y Juventus? Difícil, pero no imposible. Sí, muy real. Ese personaje realizó toda su carrera como futbolista en el conjunto “rossonero”, donde obtuvo liga local, Copa de Campeones de Europa y Copa Intercontinental. Empezó en su club de toda la vida como director técnico, pero no pudo repetir. Sí repitió en Juventus y tuvo un paso ganador en Inter. Este personaje es Giovanni Trapattoni. “Trap”, luego de dos años dirigiendo a Milan, sin obtener títulos, tuvo el gran desafío de entrenar al club más popular de Italia, Juventus. Allí estuvo una década, y obtuvo cuatro campeonatos de Serie A, una Copa de la U.E.F.A, una Recopa europea, una Copa de Campeones de Europa – la primera en la historia del club –, una Supercopa de Europa y una Copa Intercontinental, la recordada ante Argentinos Juniors. Durante esos diez años, tuvo grandes equipos y jugadores como Dino Zoff, Gaetano Scirea, Antonio Cabrini, Marco Tardelli, Paolo Rossi, Michael Laudrup, Michel Platini, Aldo Serena, Zbigniew Boniek, entre tantos otros. Después de obtener todos esos logros, necesitaba de un nuevo desafío. Tomó uno muy duro, cruzó de vereda y fue a dirigir a Inter. El equipo “nerazzurro” venía de muchos años de no ganar el “scudetto” y de muchas frustraciones, contando con grandes planteles. En su primera temporada, anduvo muy bien, y finalizó tercero, detrás de Juventus y Napoli, campeón con Diego Armando Maradona. La segunda no fue muy buena, llegando sobre el final a clasificar para la Copa U.E.F.A. En la tercera apostó fuerte con los refuerzos, contratando a Lothar Matthaeus, Andreas Brehme, Nicola Berti y Ramón Díaz. Obtuvo el campeonato tres fechas antes de la finalización, derrotando a su perseguidor, Napoli, por 2 a 1, en Milán. El año siguiente, peleó el campeonato que ganó Sampdoria, y obtuvo una Copa U.E.F.A., pero su relación con la dirigencia y con los referentes del plantel estaba desgastada. Finalizado su contrato, regresó a Juventus. Si bien su segundo paso fue bueno, no pudo ser como el primero. Mucho tuvo que ver el brillante ciclo del Milan de Arrigo Sacchi y Fabio Capello. Pero llegaron nuevos desafíos. Campeón con Bayern Munich, en Alemania, dirigió a la Fiorentina de Gabriel Batistuta, con la que peleó el campeonato, pero no le alcanzó. Tuvo su merecida recompensa dirigiendo a la selección italiana, donde tuvo un rendimiento aceptable, pero no los resultados deseados. Pero eso no lo detuvo y, al poco tiempo, fue campeón con Benfica, en Portugal, rompiendo años de dominación de Porto, y también obtuvo la liga austríaca con el Salzburg. Su último trabajo fue en la selección de Irlanda, con la que casi clasifica al Mundial 2010, llegando a repechaje y perdiendo en el último minuto contra Francia, tras una polémica jugada previa al gol, en la que Thierry Henry bajó la pelota claramente con la mano. En la actualidad, está retirado. Pero su legado en el fútbol italiano y europeo quedará marcado para siempre. El Puma

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