DE BELL VILLE PARA TODO EL MUNDO

Eduardo Tossolini, presidente del Club Atlético y Biblioteca Bell, de Bell Ville, intentaba convencer a un alto dirigente de Instituto de Córdoba, para que se llevara a un joven de 18 años en reemplazo de Hugo Curioni, recientemente transferido a Boca Juniors, también bellvillense. “Si no hace un gol antes de los 15 minutos, devolvemelo”, le aseguró Tossolini. El joven atacante, viajó hasta Alta Córdoba para probarse. Se presentó como Carlos Aguilera y le preguntaron si conocía a un tal Mario Kempes. Su respuesta fue negativa. Jugó ante Argentino Central, por la liga cordobesa. La rompió y, si bien le llevó un poco más de un cuarto de hora marcar un tanto, los directivos de Instituto entendieron que el presidente del Club Bell no les había mentido. Mario Alberto Kempes había dado un nombre falso para poder probarse sin tener la presión de ser observado, debido a que venía con una alta recomendación y un pedido elevado de dinero por su ficha, teniendo en cuenta de que era un desconocido. El “Matador” sólo permaneció un año en Instituto, dónde coincidió con Osvaldo Ardiles, mediocampista que fue figura en el fútbol inglés años más tarde. De Córdoba, Kempes recaló en Rosario, para defender los colores de Central. En el conjunto “canalla” estuvo tres temporadas, fue un emblema, marcó 107 goles y recaló en la selección argentina. Disputó el Mundial de Alemania, en 1974, pero no marcó tantos. En 1976, Valencia de España posó sus ojos en él y se lo llevó. Como no podía ser de otra manera, el bellvillense se destacó en el cuadro de Mestalla. Fue el máximo goleador de la liga española en sus dos primeros años, obtuvo la Recopa y la Supercopa de Europa. En el medio, disputó el Mundial de Argentina 1978, dónde fue campeón del mundo, la figura más importante, máximo anotador del certamen y marcó dos goles en la final. En 1981, le llegó la posibilidad de jugar en uno de los dos equipos más grandes de Argentina. Boca Juniors venía de contratar a un joven promisorio desde Argentinos Juniors, un tal Diego Armando Maradona. River Plate no quería ser menos y apostó en traer al “Matador” desde Valencia. Y Kempes no defraudó, obtuvo el Campeonato Nacional anotando el gol de la victoria en la final, ante Ferrocarril Oeste. Sin embargo, el club de Núñez no pudo terminar de pagar el pase, por lo que el bellvillense debió regresar a España. Allí disputó su último Mundial, en 1982, y nunca más volvió a ser convocado a la selección argentina. Dos años después, pasó al Hércules y a partir de 1986, empezó a deambular como trotamundos. Jugó en Austria, hasta su retiro en 1992. Años más tarde, volvió a ponerse los cortos por poco tiempo, en Indonesia. Rosario Central decidió hacerle un homenaje luego de su primer retiro y lo invitaron a disputar un partido amistoso contra su máximo rival, Newell´s Old Boys. El encuentro tuvo que suspenderse por incidentes, a los cuales ambos nos tienen acostumbrados, lamentablemente. El resultado parcial era de 1 a 0 en favor de los “canallas”. ¿Quién pudo hacer el único gol? Sí, el “Matador”. El que salió de Bell Ville al mundo y que hoy tiene su nombre en el estadio mundialista de Córdoba. El Puma

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