EL FÚTBOL ARGENTINO ES UN POCO MÁS JUSTO
Una vez más, su espíritu rebelde y combativo fue su mejor combustible. Tal como sucediera en la presidencia de Juan Domingo Perón, cuando el club se negó a repartir los libros peronistas de cabecera (como "La razón de mi vida", de Eva Perón), o como cuando era vilipendiado al obtener tres Copas Libertadores de América por no practicar un fútbol vistoso, esta vez le tocó enfrentar al máximo poder de la Asociación del Fútbol Argentino (A.F.A). Dejó en claro que no apoyó la decisión de la entidad madre de declarar campeón a Rosario Central por decreto, disfrazándolo de una "atención". Y con todo el peso del poder, lo quisieron humillar y poner de rodillas. Primero fue obligándolo a hacerle el pasillo al "campeón". Ante eso, los jugadores se dieron vuelta y mostraron su espalda a Rosario Central cuando entró. Vale aclarar que nadie tiene nada en contra de la institución rosarina, venerada y respetable por demás por su historia y grandeza, y que esta payasada nada tiene que ver con todo eso.
Lejos de recular, la A.F.A decidió sancionar al presidente de la institución, suspendiéndolo por 6 meses (cuando hay otros titulares, con hechos de corrupción probados, ejerciendo el cargo como si nada hubiese ocurrido) y dos fechas de suspensión a todos los jugadores que hicieron el pasillo de espaldas en el próximo torneo. Claramente, no sabían con quién se metían. El espíritu histórico combativo del "pincharrata" no debía permitir eso. Difícilmente podrán someter o poner de rodillas a Estudiantes.
Los dirigidos por Eduardo Domínguez fueron paso a paso, eliminando primero a Rosario Central, ganándole por 1 a 0 en Arroyito, para luego dejar en el camino como visitante a Central Córdoba de Santiago del Estero, otro equipo relacionado con el máximo poder de la A.F.A. En la semifinal, hizo lo propio con su clásico rival en el Bosque Platense. Y en la final, lo esperaba Racing con su irregularidad a cuestas. Tras estar en desventaja en el minuto 80, salió con su orgullo a buscar el empate. Y lo consiguió en el segundo minuto adicionado, cuando Gustavo Costas y los suyos estaban por saltar a la cancha a festejar. Y fueron los penales los que le dieron el título.
El fútbol argentino está en decadencia total, tanto por las paupérrimas decisiones de sus directivos que cambian las reglas de juego sobre la marcha, anulando descensos, inventando campeonatos y estrellas, como por el número de equipos o el nivelar el juego para abajo. Sin embargo, Estudiantes de La Plata le dio una bocanada de aire fresco y puro, demostrando que las copas se ganan en un campo de juego, disputando partidos once jugadores contra once y no en un escritorio con decisiones de personajes impresentables. ¿Va a mejorar el fútbol argentino con esto? Posiblemente no, pero lo que es seguro es que, aunque sea por un ratito, será un poco más justo.
El Puma
Impecable!
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